“Todos los días ella está conmigo”, el doloroso recuerdo de la madre de Lorena Saucedo

En el estudio de Radio Libertad estuvieron esta mañana Francisca Rivero (madre de Lorena Saucedo), su hermana Lili y otros familiares. La conversación duró más de 30 minutos y recuperó recuerdos, reclamos y pequeñas certezas que sostienen a una familia después del homicidio de una hija.

¿Cómo se vive hoy el recuerdo de Lorena?

“Es doloroso —comenzó Francisca—. Para mí es como que pasó ayer. Van a ser siete años el 27 de febrero del año que viene y yo la tengo todos los días conmigo”. Relató escenas cotidianas que persisten: la habitación, la moto, los festejos incompletos. “Ella era mi princesa, mi bebé”, dijo, y describió los rituales que mantienen vivo el recuerdo: canciones, dibujos hechos a mano, anécdotas que la familia atesora.

Sobre el juicio y la respuesta institucional

Francisca fue testigo en el juicio. Contó que el agresor había estado preso tiempo atrás, que lo liberaron y que luego volvió a acosar a las mujeres del barrio. “Él estuvo preso, le largaron y vino a acosar… y seis días después cometió el asesinato”, denunció.

La familia acumuló denuncias: “Había denuncias previas… muchas estaban cajoneadas”, explicó Lili. Ambas coincidieron en que la Justicia falló en las medidas de prevención: “Esa persona no tenía que estar en la calle”, afirmó Francisca con indignación.

La experiencia de ser víctima

El relato expone frustración y desconfianza: “Fui al fiscal, al doctor… nadie nos pudo decir por qué lo dejaron libre”. Señalaron además la insuficiencia de herramientas de protección, como el botón antipánico. “Nos sirven de burla —dijo Francisca—: si esa es la política de Estado para cuidarnos, no les importamos”. Para ellas, la responsabilidad no puede recaer solo en la víctima.

La propuesta: acompañamiento entre familias

Entre los pedidos más fuertes aparece uno concreto: crear espacios de apoyo para las familias que sufren pérdidas similares. “Queremos que nos den un espacio donde podamos juntarnos con otras mamás del dolor, para contarnos lo que vivimos”, reclamó Francisca. Explicó que muchas madres “no salen, tienen miedo”, y que sentir solidaridad y contención puede ser un paso hacia la sanación colectiva.

Medios, política y la cercanía con otros casos

Francisca explicó que acompañó los primeros momentos del caso Cecilia Strzyzowski, pero se alejó cuando percibió que el tema se politizaba. “Una mamá no puede estar politizando una muerte”, sostuvo. Además, cuestionó la cobertura mediática: “Hay medios que no cuentan la pura realidad”, lamentó, y amplió la crítica a prácticas periodísticas que, a su entender, terminan favoreciendo versiones que desdibujan a las víctimas.

El duelo y la vida cotidiana

En varios pasajes confesó cómo el dolor se reconfigura con el tiempo: “Hay días buenos, otros muy malos… cuando entro a mi casa el mundo se me cae encima”. Habló también de la fortaleza familiar —“mis hijos y mi esposo son mi contención”— y de rituales íntimos que la sostienen: sueños en los que Lorena vuelve, recuerdos que alivian por un instante la ausencia.

El cierre de la entrevista tuvo un tono claro de reclamo social y humano: “Queremos que nos reconozcan como madres del dolor”, dijo Francisca, y añadió: “Que nos den un lugar para hablar, que la justicia cumpla”.

Antes de despedirse, repitió la certeza que da título a esta crónica: “Todos los días ella está conmigo”.