Fernet jujeño: cómo es la versión transparente de la clásica bebida

Días atrás, en la Quebrada de Humahuaca, se realizó el pre lanzamiento de Chola, un fernet de identidad jujeña que está realizado a base de hierbas naturales cosechadas a más de 3.000 metros de altura en la provincia del norte del país. 

La nueva creación de dos bartenders argentinos tiene dos características que la distinguen: es incolora y se toma sin mezclarse con otra bebida.

"Chola surge de la maceración de 41 botánicos recogidos a más de 3 mil metros de altura. Tiene una graduación alcohólica de 32 grados, algo más baja que la que tiene el fernet Branca, el más popular de su categoría en Argentina", explicó Renato “Tato” Giovannoni, uno de los creadores del producto, y reconocido este año como una de las diez personas más influyentes de la industria de los bares del mundo por la revista Drinks International. 

“En el brainstorming inicial de Chola empecé a pensar en el sol, en la cultura del altiplano, donde la mujer tiene un rol de matriarca y está en contacto todo el tiempo con la tierra. Buscamos un producto fuerte pero a la vez suave. Queríamos sacarlo del negro, que es el fernet más común que vemos acá, y darle pureza, pero también estructura y solidez”, explicó Giovannoni en sus redes.

Lo acompañó en el emprendimiento Adrián Glickman, cocreador también de otras bebidas como el gin Príncipe de los Apóstoles, desarrollado a base de yerba mate.

"Nuestra idea nunca fue salir a competir con lo que ya existe. Nuestra marca nace por la inquietud de buscar y traer algo nuevo al mercado que represente a la Argentina en el mundo con botánicos propios", aclaró Giovannoni.

Cómo se toma Chola

“Este fernet no lo hicimos para combinarlo con una bebida cola, aunque igual la mezcla funciona muy bien, sobre todo con la versión zero de la reconocida gaseosa, que es menos dulce. Con soda o tónica queda buenísimo y solo, en las rocas, también”, especificó Giovannoni.

A su vez, los creadores explicaron que la primera partida, de solo 3 mil botellas, es sensible a la capacidad de producción de las mujeres que cultivan los botánicos.