Libertad Digital
El primer ministro de Albania, el socialista Edi Rama, ha anunciado el desembarco de una nueva ministra que tendrá a su cargo todas las decisiones acerca de licitaciones de contratación pública con el objetivo de que estén "100 por ciento libres de corrupción" y que todos los fondos estén sometidos a un procedimiento "perfectamente transparente". La que podría ser una simple decisión gubernamental, ha abierto el camino a un rumbo incierto y desconocido en el mundo.
Y eso ocurre por una sencilla razón: Diella, la nueva funcionaria del gobierno albanés, es una inteligencia artificial.
Se trata de un giro inédito, ya que es la primera vez en la historia que un país delega en una inteligencia artificial un cargo en una dependencia estatal.
Diella significa "sol" en albanés, según explicó el primer ministro al presentar a la nueva integrante de su gabinete en una reunión de su partido, que obtuvo una amplia victoria en las elecciones parlamentarias de mayo.
"Diella es el primer miembro [del Gobierno] que no está físicamente presente, sino que ha sido creado virtualmente por la inteligencia artificial", afirmó Rama.
Según el jefe de gobierno, el programa estará a cargo de todas las decisiones sobre las licitaciones de contratación pública para garantizar que estén "100 por ciento libres de corrupción".
Cómo es Diella, la ministra de IA
Diella es una inteligencia artificial antromofizada, es decir, a la que se le da cualidades humanas, como nombre, rostro y voz; y de la que se habla como si fuese un par, con atribuciones y derechos.
De hecho, Diella está personificada como una mujer adulta, vestida con el traje tradicional albanés, de tez muy blanca, ojos oscuros y pelo liso, morocho y cubierto.
Hasta ahora, ayudó a emitir 36.600 documentos digitales y prestó casi 1.000 servicios a través de la plataforma, de acuerdo a cifras oficiales. Aunque ahora está previsto que se amplíen las utilidades.
¿Está bien o mal tener un ministro generado con IA?
Sin embargo, cada paso que se da implica un riesgo. Ningún sistema es perfecto y dejar decisiones oficiales en manos de algoritmos puede resultar un arma de doble filo: son incontables los datos que muestran cómo los sesgos y las alucinaciones hacen de la IA tan solo algo artificial y nada inteligente.
Alcanza con ver un ejemplo: los sistemas de inteligencia artificial que usan muchas empresas para seleccionar posibles candidatos no solo tienen sesgos marcados, priorizando en muchos casos candidatos varones, blancos y que usen lentes, sino que son engañables con la utilización de mensajes ocultos que alteran los prompts.
Y esto puede llevar a panoramas como el descripto por Jeffrey Funk, académico especializado en innovación tecnológica, quien en un ensayo habla de la “teoría del globo apretado” de la inteligencia artificial.
La imagen es clara: cuando apretás un globo de un lado y el aire se escapa por otro. ¿La IA mejora la productividad? Tal vez, pero ese “ahorro” suele generar costos nuevos en otras partes del proceso.
Ahora será cuestión de ver cómo se implementa esta nueva dirección tecnológica, cuáles son los roles que seguirán en manos de los humanos y cómo son sus resultados.
Fuente: Página 12
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