Una niña de 12 años murió en la localidad correntina de Mburucuyá tras comer mandarinas sacadas directamente de los árboles en una quinta de producción y las autoridades investigan si las frutas estaban contaminadas con pesticidas.

Pisarello explicó que el fiscal en turno "dio noticias de que el análisis toxicológico ha determinado la presencia de Furadan, un plaguicida neurotóxico letal". El químico, suele ser inyectado en las plantas para espantar a los pájaros, es una costumbre antigua y de bajo costo pero que está prohibida.

"La nena agarró una mandarina fuera del establecimiento de plantaciones. El martes 12, fue secuestrada una jeringa que está en análisis, con un canasto de cosecha, mandarinas en un galpón donde estaba el tractor de cosecha", indicó.