“Más felices que nunca”: cervezas, videos y ninguna señal de humo, la versión Melgarejo sobre Campo Rossi

La décima audiencia del juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski cerró con un tramo clave para la defensa del casero Gustavo Melgarejo: la declaración de Francisco Rodolfo Ríos, dueño del campo donde se presume que el imputado pasó la noche del 2 de junio de 2023.

Su testimonio, de contenido exculpatorio, se suma a otros seis presentados por la defensa durante la jornada, que incluyó el último testigo de la acusación, y comienza a delinear “la versión Melgarejo”.

Hasta ahora, declararon 36 de 52 testigos y el debate continúa mañana a las 8 AM.

Cervezas, amistades ocasionales y una noche “tranquila”

Ríos ingresó a la sala con un bastón y juró decir la verdad antes de acomodarse para relatar su vínculo con Melgarejo. Dijo conocerlo “de vista” porque pasaba recurrentemente por su predio rumbo a un kiosco ubicado a 200 metros.

Contó que compartieron comidas en al menos dos oportunidades: “Él ponía algo y yo otra cosa”.

Luego, al proyectarse una foto tomada la noche del 2 de junio a las 23.50, reconoció la escena: Melgarejo, Griselda Reinoso, la hija de ella, y él mismo, sentados en su casa tomando cerveza.

El testigo recordó que esa noche consumieron “incontables” cervezas, y afirmó que Melgarejo ya había llegado bebido: “Él tomó antes de llegar”.

En dos videos registrados esa misma noche, se escucha vallenato y a Melgarejo decir: “Así vivimos nosotros, más felices que nunca, pobres pero humildes”, y mostrando un cochecito de bebé: “Ahí está tu nueva sobrina, tío; la otra está durmiendo”.

Para la defensa, estas imágenes son clave: muestran a Melgarejo lejos del lugar de la presunta incineración.

El punto más relevante llegó cuando la fiscalía consultó sobre posibles señales de fuego. Ríos aseguró que no vio humo el 2 ni en los días posteriores. Argumentó que la vegetación que rodea su vivienda y la distancia con el campo de Emerenciano Sena —calculada por peritos en 667 metros— hacen difícil ver cualquier foco ignífugo.

Sí reconoció haber visto humo en otras oportunidades cuando se utilizaba un horno, aunque aclaró que las quemas son comunes en la zona y no recordó ninguna puntual en esas fechas.

La pregunta que dejó expuesto un punto clave

Durante el contrainterrogatorio, el fiscal Martín Bogado buscó instalar la idea de control en el manejo del fuego.

—¿Hay que controlar el fuego para que no se expanda?
—Sí, respondió Ríos.

Esa simple afirmación apunta a sostener que, de haber existido una quema para ocultar el cuerpo, habría requerido intervención humana directa, en línea con lo que la fiscalía atribuye a Melgarejo y Reinoso.

¿Qué hacía Obregón en el campo?

Ríos también contó que Gustavo Obregón —imputado por encubrimiento— llegó una vez en un Citroën gris para preguntarle si su campo estaba en venta. Según transmitió, habría sido por orden de Emerenciano Sena, interesado en adquirirlo. Este evento no fue ubicado en una fecha concreta.

El respaldo pericial: distancias y registros digitales

Previamente, declararon otros peritos:

• Marcelo Martín Esposito extrajo los videos y la foto de la noche del 2 de junio.
• Carlos Plaquin elaboró un croquis de la zona y calculó 667 metros entre los accesos a los campos de Ríos y de Sena.

Ambos elementos buscan contextualizar el movimiento de Melgarejo y su posible cercanía o lejanía del sitio de la presunta quema.

La jornada también contó con el testimonio de Daniel Rodolfo Pierdominici, de Cibercrimen, quien ratificó el correcto resguardo de evidencia digital.