Libertad Digital
Federico Sebastián Marín es su nombre y la Justicia sostiene que es uno de los capos narcos que convirtieron a Itatí en un mega búnker de la droga. Desde diciembre de 2016, hace casi dos años, era intensamente buscado y pesaba sobre él un pedido de captura.
Pero además la Justicia nacional también ofrecía desde hace muchos meses una fuerte recompensa por datos ciertos de su paradero: la increíble suma de $ 1.500.000. Lo curioso es que, pese a esto, los investigadores creen que nunca dejó la pequeña localidad correntina.
¿Cómo logró evadir los controles de las autoridades? ¿Usó dinero para comprar el silencio de sus compoblanos? ¿El terror?
El hombre fue hallado en una vivienda itateña, armado con una pistola de 9 milímetros, reglamentaria. La negociación llevó varias horas y participaron del procedimiento cerca de 20 miembros de Gendarmería, que aseguraron el perímetro desplegando un operativo cerrojo para impedir cualquier intento de fuga.
Por lo investigado con anterioridad, Marín era líder de una de las tres bandas narco que ingresaba droga al país para distribuirla desde Itatí con preferente destino a la ciudad de Rosario, donde era distribuida por “Los Monos”. El pasado mes de agosto se detuvo a su cuñada, también vinculada con las redes del narcotráfico.
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