Una habilidad olvidada: la importancia de la escucha activa para construir mejores relaciones

En un mundo donde las distracciones están a la orden del día, Gabriela Betjan, licenciada en psicología, destacó la necesidad de fomentar la escucha activa como una herramienta esencial para mejorar nuestras relaciones interpersonales. Desde la comunicación en pareja hasta una interacción en el supermercado, Betjan subrayó que escuchar va más allá de oír: implica comprender, validar emociones y demostrar interés genuino por el otro.

“La escucha activa es fundamental para construir vínculos sólidos. No se trata solo de prestar atención a las palabras, sino de tratar de entender qué hay detrás de ellas”, explicó. En un contexto de constante estimulación tecnológica, donde los teléfonos muchas veces se convierten en barreras, Betjan recalcó la importancia de pequeños gestos como apartar el celular, mirar a los ojos y demostrar que la conversación tiene prioridad.

Evitar las trampas de la comunicación

Betjan identificó errores comunes en la comunicación que dificultan la escucha activa:

• Pensar en la respuesta mientras el otro habla: “Muchas veces, en lugar de escuchar, ya estamos preparando lo que vamos a decir. Esto nos aleja de comprender realmente al otro”, afirmó.
• Comparar experiencias: Según Betjan, “cuando alguien comparte algo y nosotros inmediatamente lo relacionamos con nuestra propia experiencia, corremos el riesgo de invalidar sus emociones.”
• Apresurarse en aconsejar: “A veces la otra persona solo necesita desahogarse, no recibir un consejo inmediato. Preguntar ‘¿qué necesitas?’ puede marcar la diferencia”, sugirió.

La empatía como base

Betjan resaltó que la empatía es el eje central de la escucha activa. “Validar las emociones del otro no significa necesariamente estar de acuerdo, sino reconocer que lo que siente es válido”, comentó. Incluso situaciones que pueden parecer triviales, como el impacto emocional ante la muerte de un personaje famoso, merecen ser escuchadas sin juicio.

La escucha activa no solo es fundamental en relaciones profundas, sino también en interacciones cotidianas. “Desde entender a un colega en el trabajo hasta atender a alguien en el supermercado, escuchar mejora la calidad de los vínculos y genera un impacto positivo en las personas que nos rodean”, concluyó la licenciada.