Seis instrumentadoras de Malvinas fueron reconocidas por su asociación profesional

“Instrumentadoras Quirúrgicas - Héroes de Malvinas” expresa la placa que fue inaugurada hoy en una de las nuevas aulas de la sede de la Asociación Argentina de Instrumentadoras (AADI), en homenaje a las seis jóvenes profesionales que formaron parte del plantel que asistió a los soldados heridos que eran atendidos a bordo del rompehielos “Almirante Irízar” durante la Guerra de Malvinas.

Silvia Barrera, Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes eran seis jóvenes instrumentadoras civiles del Hospital Militar Central y del Hospital Militar de Campo de Mayo, que se ofrecieron como voluntarias a viajar a Malvinas cuando los combates ya habían comenzado y las autoridades militares se percataron de que no habían previsto el envío de instrumentadores a los quirófanos de campaña.

La presidenta de la AADI, Stella Maris Delor, destacó en la ceremonia que “es un enorme honor y una gran alegría poder reconocer a nuestras heroínas de Malvinas en nuestra sede, en el marco de la decisión que tomamos para poner en valor este edificio con nuevas aulas, y nos pareció que teníamos que honrarlas a ellas”.

“Este espacio es desde hace muchos años un ámbito donde nos juntamos a repensar nuestra profesión, a organizar cursos y participar de capacitaciones; muchas de nosotras somos contemporáneas de la guerra y ahora que se cumplen 40 años entendimos que era el momento de reconocerlas a ellas, que durante muchos años no fueron ni nombradas ni homenajeadas por el compromiso con el que atendieron y acompañaron a cada uno de sus pacientes”, añadió.

Por su parte, Silvia Barrera afirmó: “acá hay mucha historia, es una emoción muy grande ver presentes a colegas que fueron mis instructoras y a otras que fueron alumnas; esta historia va a seguir construyendo un legado que pasa de generación en generación hacia las instrumentadoras del futuro”.

En diálogo con Télam, Barrera contó: “nosotras nos ofrecimos como voluntarias, trabajábamos como personal civil del Ejército como instrumentadoras quirúrgicas, cuatro de nosotras habíamos ingresado juntas y también cuatro de nosotras veníamos de familias militares; cómo las cuatro pertenecíamos a Sanidad y trabajábamos en el Hospital Militar Central era lógico ofrecerse como voluntarias”.

“No teníamos expectativas de ir porque la orden era que iban los varones y tampoco había mujeres en el ejército aún, hasta que vino el mensaje militar, porque se dieron cuenta de que habían cruzado todo el equipo quirúrgico salvo las instrumentadoras; el mensaje llegó cuando los combates ya estaban en los alrededores de Puerto Argentino”, recordó.

“A pesar de que hubo improvisación, falta de organización y problemas de género porque no nos querían dar grado militar, nos quedamos a trabajar en el rompehielos que quedó anclado en Puerto Argentino, donde estuvimos del 8 al 18 junio”, añadió.

La instrumentadora rememoró: “una noche me tocó un herido múltiple de armas de fuego y el buque rolaba 45 grados y nos tuvimos que atar el cirujano y el anestesista para poder hacer la cirugía sin caernos, y sin que se caiga e instrumental, porque si no había que esterilizarlo de nuevo y se perdía tiempo valioso; hoy es lindo ver en los homenajes a los pacientes que atendimos allá”.

Barrera junto sus compañeras Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes fueron las primeras mujeres en ser reconocidas como veteranas de Malvinas por el Estado argentino en 1983. Más tarde alcanzaron ese reconocimiento de parte del Poder Ejecutivo Mariana Florinda Soneira, Marta Beatriz Giménez, Graciela Liliana Gerónimo, Doris Reneé West, Olga Graciela Cáceres, Marcia Noemí Marchesotti, María Liliana Colino, Maureen Dolan, Silvia Storey y Cristina María Cormack.