Libertad Digital
Una Argentina que debate, pero no se odia. Esa es una de las principales conclusiones del Informe 1 de Creencias Sociales 2025, elaborado por PULSAR UBA, que muestra cómo el interés por la política viene creciendo en los últimos tres años, pero sin traducirse en una polarización afectiva en la vida cotidiana.
Según los datos, el 55% de los argentinos se declara interesado en la política, un salto notable respecto al 40% registrado en 2023. El crecimiento más fuerte se dio entre las mujeres, cuyo interés pasó del 35% al 52% en dos años. También se observó mayor atracción por la política entre quienes tienen estudios universitarios, viven en el interior del país y votaron a Javier Milei o Patricia Bullrich.
Interés sí, grieta no
Aunque la política domina la agenda pública, no parece haber contaminado los vínculos sociales. El informe revela que:
- El 74% de los argentinos rechaza juzgar a otros por sus ideas políticas.
- El 68% podría estar en pareja con alguien que piensa distinto.
- El 87% tiene amigos con posturas políticas opuestas.
- El 72% escucha a periodistas de distintas ideologías.
Estos datos reflejan que, más allá del ruido mediático o las redes sociales, la polarización ideológica no se traslada masivamente a la vida personal ni a los vínculos afectivos. “Una sociedad que debate, pero que no se rompe”, resume el informe.
La política como organizadora del estado de ánimo
Además del interés creciente, el informe indaga en cómo impacta la política en la satisfacción personal. En una escala del 1 al 10, donde 1 es “la peor vida posible” y 10 “la mejor”, la media nacional fue de 6,16. Sin embargo, hay diferencias marcadas:
- Los más satisfechos: votantes de La Libertad Avanza (6,54) y Juntos por el Cambio (6,42), y personas con estudios universitarios (6,45).
- Los menos satisfechos: quienes sólo cursaron primaria (5,69), votantes del peronismo (5,78) y de la izquierda (5,94).
Es decir que la afinidad política y el nivel educativo también inciden en cómo percibimos nuestra calidad de vida. La identificación partidaria, en muchos casos, organiza el estado de ánimo, sostiene el informe.
Un país curioso, abierto y buscando bienestar
Lejos de la imagen de una Argentina apática o encerrada en trincheras ideológicas, el estudio traza un perfil más optimista: una ciudadanía interesada, abierta al diálogo y preocupada por mejorar su calidad de vida más allá de las divisiones partidarias.
“El desafío parece estar menos en la polarización y más en el bienestar general”, concluyen desde PULSAR. En otras palabras: la Argentina no está partida, pero sí busca cómo vivir mejor.
Leé el informe completo acá.
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