"El cuerpo habla antes que la mente": cómo reconocer y frenar el estrés crónico
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"El cuerpo habla antes que la mente": cómo reconocer y frenar el estrés crónico

En tiempos donde la hiperproductividad se convierte en norma y el descanso parece un lujo, la psicóloga Gabriela Betjan remarca la importancia de escuchar al cuerpo antes de que sea tarde. Abordó los efectos del estrés crónico y brindó herramientas concretas para reconectarnos con nuestras necesidades.


09/07/2025
 /  libertaddigital.com
 -  Sociedad  /  Redacción: Soraya Casco

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“El cuerpo nos avisa antes de que podamos darnos cuenta mentalmente de lo que nos pasa”, afirmó Betjan. “Por eso es fundamental aprender a escucharlo”.

El estrés no siempre es negativo

Betjan explicó que el estrés no es necesariamente algo malo: “Es una respuesta necesaria del organismo. Nos prepara frente a una amenaza o situación preocupante”.

El problema aparece cuando se vuelve crónico y se mantiene en el tiempo: “Ahí es cuando nuestra mente y nuestro cuerpo entran en un estado de alerta permanente, las 24 horas del día, los siete días de la semana. Y eso empieza a afectar la salud”.

Cuando el cuerpo habla

Según Betjan, el cuerpo primero susurra —con molestias o cansancio— pero si no escuchamos, comienza a gritar. “Muchas veces decimos ‘no tengo tiempo para parar’. Pero cuando nos enfermamos, el cuerpo no nos pregunta si tenemos tiempo para hacerlo. Simplemente se enferma”.

Entre los síntomas físicos más comunes del estrés crónico mencionó:

  • Contracturas musculares.

  • Dolores de cabeza recurrentes.

  • Insomnio o fatiga constante.

  • Problemas gastrointestinales (acidez, digestiones pesadas).

  • Bajas defensas (resfríos o enfermedades virales recurrentes).

  • Caída del cabello, debilidad en uñas, afecciones en la piel.

“Incluso puede afectar a quienes están atravesando situaciones agradables. Si hay exceso de actividades, aunque sean placenteras, también se puede producir estrés”, indicó.

¿Cómo reconocerlo?

Además de los síntomas físicos, Betjan señaló signos cognitivos y emocionales:

  • Dificultad para concentrarse.

  • Irritabilidad o hipersensibilidad emocional.

  • Disminución de la capacidad para resolver conflictos.

  • Ansiedad constante.

“Todo esto nos muestra que hay algo que debemos revisar en nuestra vida”, remarcó.

Hacerse tiempo para parar

En su consultorio, Betjan recomienda una práctica simple pero poderosa: 20 minutos diarios de desconexión total.

“Le propongo a mis pacientes: tomate 20 minutos en silencio, sin pantallas, sin música. Solo vos con vos. Parece poco, pero puede marcar la diferencia”.

Explicó que ese espacio ayuda a tomar conciencia de emociones o pensamientos que en el ritmo diario pasamos por alto.

“Capaz aparecen cosas que no nos gustan. Pero están ahí, aunque no las veamos. Escucharlas es el primer paso para cambiar”.

Reorganizar prioridades

La especialista sugiere hacer una evaluación integral de la vida: “¿Qué me está provocando este nivel de estrés? ¿Es una situación laboral, familiar, económica? ¿Estoy sobrecargada de actividades?”.

Compartió también su experiencia personal: “Amo mi trabajo, pero hubo un momento en el que tenía demasiados compromisos. Llegó un punto donde no quería ver más personas. Y yo trabajo con personas. No era que me equivoqué de profesión, simplemente estaba cansada. Necesitaba poner límites”.

El descanso también es productividad

Otro de los conceptos que destaca es el de cambiar la relación con el descanso. “Vivimos en una sociedad donde se romantiza el no parar. Pero el descanso no es un lujo: es productividad. Uno puede ser más eficiente trabajando menos, si está descansado”.

Citó al autor Stephen Covey, quien utiliza la metáfora de afilar la sierra: “Si seguís cortando con una sierra sin filo, llega un punto en que no corta más. Es lo mismo con nuestro cuerpo y nuestra mente. Tenemos que afilarnos descansando”.

Un día sin decisiones

Como herramienta adicional, mencionó la importancia de tener, al menos una vez por semana, un día sin decisiones importantes.

“Ese día no debe estar absorbido por pantallas. Lo ideal es hacer algo que nos conecte: leer, salir al aire libre, compartir un mate, una conversación significativa”.

Podés contactar a Gabriela Betjan en Instagram y Facebook como @psicologabrielabetjan o al WhatsApp 3625-185619.

Mirá la entrevista completa.

Gabriela Betjan
Columnista: Gabriela Betjan
Lic. en Psicólogía MP. N965. Orientada en Psicología clinica, abordando desde Terapia Cognitiva Conductual. Diplomada en Trastornos de ansiedad, estrés y depresión. Diplomatura en prevención y tratamiento del maltrato y abuso sexual en niños/as y adolescentes. Y diplomada en obesidad y trastornos de la conducta alimentaria.
En esta nota: #salud mental

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