Aumentos y tarifas golpean a los kiosqueros: piden soluciones adaptadas a pequeñas empresas

Kraemer explicó que, a raíz de una noticia nacional sobre el cierre de 100.000 kioscos, muchos colegas le consultaron al respecto. Para aclarar la situación, realizó un relevamiento entre los socios de la asociación y pudo confirmar que, dentro de este grupo, no se registran cierres. Sin embargo, advirtió que esto no descarta la posibilidad de que existan cierres en otros casos fuera de la asociación. “Ninguno de nuestros colegas ha cerrado sus puertas. Pero sí hay gran preocupación por el tema tarifario y laboral, ya que como pequeñas empresas no recibimos apoyo de las autoridades nacionales respecto a las modificaciones que estamos planteando”, afirmó.

Sobre las tarifas de energía, Kraemer remarcó la necesidad de tomar medidas para reducir el consumo, sugiriendo que en otros países existen tasas subsidiadas para pequeños negocios. “Si dejo de consumir de la red pública, los transformadores trabajan menos, y si esto se multiplica, el beneficio es muy grande. Aquí parece que solo se mira el beneficio de la empresa, sin considerar el impacto positivo que podría tener para la comunidad”, destacó.

En una reciente reunión de la asociación, Kraemer y sus colegas observaron que algunos kioscos enfrentan facturas de energía de hasta 1,2 millones de pesos, lo que pone en jaque la viabilidad de sus negocios.

Al hablar sobre los precios, Kraemer también criticó los aumentos de las grandes empresas, especialmente en productos de alta demanda estacional como la cerveza. “Las empresas siguen con los aumentos, y no es un 3 o 4%, sino un 20%. Si somos libres para trabajar, deberían respetar esa libertad y no dictar los márgenes con los que trabajamos. Pueden sugerir, pero a la hora de la verdad, nadie se pone en nuestro lugar”, remarcó.

Kraemer también abordó la situación laboral de los colaboradores en los kioscos. “Nuestros empleados suelen ser jóvenes de entre 18 y 30 años, en su mayoría estudiantes o personas en busca de mejores oportunidades. Este empleo es un paso para ellos, un aprendizaje, y la mayoría no planea jubilarse en un kiosco”, señaló. Según él, resulta inviable para los kioscos asumir los salarios y cargas sociales que imponen las leyes pensadas para grandes comercios.

En este contexto, el presidente de la Asociación de Kiosqueros Unidos propuso que los empleados de kioscos puedan estar bajo un régimen de monotributo colaborativo, que les permita mantener su obra social y contribuciones jubilatorias de forma independiente. “El sindicato negocia con la patronal pensando en grandes cadenas, donde el empleado es solo un número. En cambio, nosotros conocemos a cada uno, compartimos el día a día y construimos una relación distinta. ¿Por qué no podemos hacer algo que nos permita darles dignidad a ellos y previsibilidad a nosotors?”, concluyó Kraemer.

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