“Las esculturas de la Bienal ya no se van a emplazar en la ciudad”

“Hace seis años Beatriz Bogado, cuando ella era ministra de Desarrollo Social, me pidió el edificio del Departamento de Restauración de Esculturas por dos años para un asilo de contención de chicos adictos. Nunca lo devolvieron. Allí trabajan entre 18 y 21 personas, entre empleados municipales y otros pagados por la Fundación Urunday”, indicó.

“Pasó tanto tiempo de esto, que ya no se puede seguir trabajando al aire libre. No cumplieron con su palabra. Y por ello, desde el día primero de enero, deja de existir lo que hoy cuida el patrimonio que nos identifica en todo el mundo”, contó.

A modo de ejemplo, contó que “hay obras que tardan dos, cuatro o seis años en restaurarse”. “Son 648 esculturas que van a quedar sin cuidados. El único consuelo que nos queda es que la ciudadanía las ama y las cuida”, indicó.

"Seguiremos trabajando en el Museum, pero las esculturas de la Bienal ya no se van a emplazar en la ciudad. Nosotros nos abrimos", dijo el presidente de la Fundación Urunday.