¿Son realmente felices fiestas?: El impacto de la época navideña en la salud mental

Las fiestas de fin de año, marcadas por el ajetreo, las celebraciones y el compartir con seres queridos, pueden ser tanto momentos de alegría como de gran carga emocional para muchas personas. A medida que diciembre se acerca, la presión social por “ser feliz” y cumplir con expectativas de reuniones festivas puede aumentar, generando un impacto significativo en la salud mental.

"Cada situación de vida tiene un significado muy subjetivo, determinado por las experiencias previas de cada persona", explicó la licenciada en psicología, Gabriela Betjan. En este sentido, las fiestas de fin de año no son la excepción. Mientras algunas personas disfrutan de la celebración, otras pueden verlas como un recordatorio de pérdidas, rupturas o momentos difíciles. "Hay quienes etiquetan las fiestas como 'felices fiestas' y sienten la presión de estar bien, pero también hay quienes, por sus experiencias pasadas, ven estas fechas como un momento difícil", agregó.

La psicóloga destacó que las fiestas pueden convertirse en un espacio de crisis, ya que, como ocurre con otras situaciones de la vida, no siempre se puede anticipar cuándo surgirán momentos de dificultad. "Nadie nos pregunta cuándo va a llegar una crisis. Las situaciones difíciles pueden atravesarnos en cualquier momento, incluso en fechas que, a priori, deberían ser de alegría", afirmó. “No porque sea la segunda Navidad sin esa persona, uno tiene que estar bien. El dolor tiene su propio ritmo, y cada uno debe tomar las decisiones conscientes de cómo atravesarlo", explicó Betjan.

Uno de los aspectos fundamentales que planteó la licenciada es la importancia de resignificar los eventos. "Es un ejercicio proactivo decidir cómo quiero pasar las fiestas. Puedo elegir resignificar el evento, darle un nuevo enfoque o quedarme atrapado en la experiencia del pasado", detalló. Esta reflexión también aplica para otros eventos importantes, como cumpleaños o celebraciones.

Para aquellos que se sienten presionados por las expectativas ajenas, Betjan recomendó un enfoque más flexible. "En lugar de aferrarse a la idea de una fiesta perfecta, pregúntate: ¿cómo me gustaría pasar este día? Si prefiero estar en soledad, hacerlo de manera tranquila, o si quiero compartirlo de otra forma, esa es mi decisión", sugirió. Según la psicóloga, la clave está en ser consciente de lo que se desea y sentirse libre de cumplir con lo que realmente importa para uno mismo.

La licenciada aconsejó: "Hacé de tu día lo que quieras, disfrútalo a tu manera. Las fiestas no tienen que ser un día obligatorio de grandes celebraciones, si no te resulta significativo. Si algo te está afectando, es importante tomar conciencia de ello y trabajar esa emoción, para que no se convierta en una carga innecesaria".

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