Libertad Digital
Cinco gigantes de la tecnología exhiben su musculatura en el ámbito tecnológico más concurrido en la actualidad, el de la inteligencia artificial generativa. OpenAI, Google, Meta, Microsoft y Apple protagonizan un juego de tensiones y entrecruzamientos con lanzamientos excitantes y sociedades que despiertan críticas.
OpenAI es el creador de ChatGPT y tiene más modelos de IA bajo la manga
Del quinteto que protagoniza en este escenario, OpenAI es el más jovencito. Sin embargo, desde el lanzamiento del poderoso ChatGPT en noviembre de 2022, esta organización se convirtió en el paradigma de la IA generativa. Básicamente, ese estadio de la inteligencia artificial es aquel en el que estos sistemas han conseguido la capacidad de crear contenido y realizar tareas que antes eran exclusivas de los seres humanos, por ejemplo la redacción de texto coherente, la escritura de código de programación, la resolución de problemas matemáticos, etcétera. En su variante de chatbot, estos modelos también son capaces de mantener conversaciones naturales.
Respecto a ChatGPT, hay que tener en claro lo siguiente: es un bot conversacional basado en un modelo de lenguaje masivo. Recientemente, OpenAI lanzó al ruedo la edición GPT-4o, que se puede usar en forma gratuita e incluso sin iniciar sesión. Además, la organización liderada por Sam Altman ofrece planes pagos que abren acceso a más funciones y encantos.
Más para saber sobre OpenAI. Ellos son los desarrolladores de DALL-E, un potente generador de imágenes. Sus funciones parecen de ciencia ficción: el usuario escribe una instrucción —en la jerga de la IA se dice “prompt”— y la máquina crea en pocos segundos. Por ejemplo, esta indicación y el siguiente resultado: “Crea una imagen en la que un oso feroz tenga un gran chupetín en su mano, mientras anda en una bicicleta roja”. Luego de apretar “enter” la magia sucede.
Esta organización —en la que, por cierto, participó alguna vez Elon Musk; ya veremos una polémica reciente del empresario, más adelante— también trabaja en un clonador de voces y en un generador de videos, llamado Sora. Trabaja igual que DALL-E, con prompts, aunque crea clips con movimiento.
Las razones por las que aún no se lanzó al público nos permiten conocer algunos de los riesgos de la IA generativa. Desde el mismísimo seno de OpenAI mencionaron que deben pulir detalles para que esa tecnología para generar videos no se use malintencionadamente. ¿Cuáles son los problemas? Siendo tan capaces de crear piezas que parecen reales, se abre el juego a la desinformación y a la difamación de terceros.
Google reaccionó al reinado de OpenAI
El CEO de Google, Sundar Pichai, reconoció recientemente que aceleraron sus desarrollos en IA luego del fenomenal éxito conseguir por ChatGPT de OpenAI. En una primera instancia, la compañía del buscar lanzó el chatbot Bard, que luego renombró como Gemini. Aquel sistema ahora se integra en sus diversos servicios, a modo de un asistente new age, mucho más poderoso que los hasta ahora conocidos.
Una de las formas de acceder a Gemini es desde un navegador web, sin tener que pagar por las funciones básicas. Es un buen conversador. Por ejemplo, esto es lo que responde cuando le preguntamos si se considera un chatbot más completo en comparación con ChatGPT. La máquina fue sumamente humilde.
El despliegue de estos avances no estuvo exento de polémicas. Según contamos, Google se vio en la obligación de pausar el funcionamiento de Gemini cuando ese sistema arrojo respuestas sesgadas y racistas. Son riesgos que, como hemos visto, traen consigo estos modelos que parecen salidos de un cuento de ciencia ficción.
Por lo demás, Google también siguió el juego de espejo con OpenAI. Recientemente, en el marco de sus conferencias para desarrolladores I/O 2024, anunció el generador de videos llamado Veo. Tiene funciones similares a Sora e, igual que aquel, aún no se lanzó al público general. Se espera la revisión de variables de seguridad para que eso ocurra.
Meta, Microsoft y Apple: tres gigantes tecnológicos que también bailan al paso de la IA
Recientemente, una exintegrante de la junta directiva de OpenAI reveló que se enteraron desde ese desarrollo por un tuit publicado por Sam Altman. Y más allá de esa curiosidad, incluso los CEOs de grandes empresas se mostraron entre absortos y apremiados luego de los primeros meses de despliegue del chatbot basado en el modelo GPT.
Algunos aceitaron los engranajes para salir pronto al ruedo. Uno de los que reaccionó rápido fue Microsoft, que invirtió millones de dólares para sellar una sociedad con OpenAI. Lo que hizo la cuna de Windows fue incluir los encantos de GPT en sus propios servicios —Windows, Office, Outlook, etcétera— a través de un sistema con nombre propio, Copilot. Ahora, una versión “plus” incluye nuevas opciones y no ha escapado a la polémica. ¿Qué ocurrió? Esa actualización incluyó una función de IA llamada Recall, que básicamente permite regresar a instancias pasadas en la computadora.
La semana pasada, la firma con sede en Redmond decidió posponer el lanzamiento debido a las críticas que la herramienta recibió por eventuales violaciones a la privacidad y algunas brechas de seguridad que se descubrieron en ella.
Como fuere, es innegable que Microsoft es una de las tecnológicas que mejor ha aprovechado el boom de la IA generativa. No lo hizo con su propio desarrollo, al menos no enteramente, aunque en su vínculo con OpenAI ha logrado un importante crecimiento en el mercado, posicionándose nuevamente entre las firmas asociadas a la innovación, carácter que había perdido algunos años atrás.
Meta —antes Facebook— también tiene propuestas en el ámbito de la IA generativa. En abril, la empresa liderada por Mark Zuckerberg ofreció detalles de Llama 3, su modelo de lenguaje masivo acompañado por una flamante herramienta, Meta AI, que suma la capacidad de crear imágenes y responde en tiempo real. Esos avances se integrarán en las aplicaciones del grupo: Facebook, Instagram y WhatsApp; y en productos como sus dispositivos de vestir.
Zuckerberg remarcó que Llama es un modelo de código abierto, diferenciándose en este punto de GPT de OpenAI, y con ello invitando a los desarrolladores a meter mano en el código del sistema, para revisarlo, proponer mejoras y crear aplicaciones basadas en esa tecnología.
En última posición, el pope de la tecnología que llegó más tarde a esta fiesta: Apple. La firma de Cupertino, California, recientemente celebró sus conferencias para desarrolladores WWDC 2024, donde la inteligencia artificial se llevó todos los flashes. Eligieron un nombre astuto para estos planes: Apple Intelligence, cuyas siglas, AI, coinciden con las de “inteligencia artificial” en inglés. Básicamente, el plan consiste en dotar a Siri de nuevas habilidades a través de las nuevas tecnologías generativas. En ese camino, el fabricante del iPhone se asoció con OpenAI, en esta primera incursión fuerte.
Aquí, al final de este recuento, aparece la figura de Musk que, si no lo sabías, fue uno de los integrantes en el grupo de fundadores de OpenAI que luego se marchó sin ocultar sus encontronazos con sus compañeros. Cuando Apple anunció su sociedad con los creadores de ChatGPT, el CEO de Tesla y SpaceX salió a decir que deberíamos cuidarnos del iPhone. “Te están traicionando”, dijo. “Apple no tiene noción de lo que realmente pasará una vez entregue tus datos a OpenAI”, agregó. Mientras tanto, Musk trabaja en su propio rival para OpenAI, xAI. De la boca para afuera, la describió con ambición: dijo que el plan de esa empresa naciente es “comprender el universo”.
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