Resistencia: cada fin de semana detectan más de 20 conductores alcoholizados

El último fin de semana dejó otra señal de alerta en materia de tránsito en Resistencia. Un conductor, que iba a alta velocidad en una Toyota Hilux blanca junto a una menor, embistió conos y canalizadores de prevención ubicados en las inmediaciones del Parque de la Democracia. El test de alcoholemia marcó 0,35 gramos de alcohol por litro de sangre.

“No es un valor alto, pero sigue siendo positivo. Y lo más grave es que iba acompañado de una menor”, remarcó Darío Sardi, subsecretario de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de Resistencia.

El episodio ocurrió el domingo a la tarde, en el marco de los controles habituales que el municipio realiza los fines de semana. “Nosotros siempre cerramos un carril de la avenida Sarmiento para facilitar la salida del Parque. Este conductor se llevó puesto ese cerramiento. Por suerte no hubo que lamentar heridos”, explicó Sardi.

Ante la situación, el vehículo fue trasladado al corralón y el conductor se comprometió a pagar los daños ocasionados. “Igualmente vamos a iniciar las acciones administrativas correspondientes, porque se dañaron recursos municipales, que son de todos”, añadió el funcionario.

¿Baja o se mantiene la alcoholemia?

Durante el fin de semana se detectaron seis casos positivos en los controles municipales, una cifra menor a la habitual debido al mal clima. Sin embargo, Sardi advirtió que “el promedio sigue siendo alto, unas 25 alcoholemias por fin de semana”. Y lo más preocupante: “la reincidencia es muy alta”.

“A diferencia de años anteriores, hoy vemos muchos casos con niveles bajos, incluso por debajo de 0,5. Eso quiere decir que todavía hay personas que manejan después de haber tomado una copa, aunque sea. No hay conciencia real del peligro”, lamentó.

“No nos cuidamos porque queremos vivir, sino porque hay controles”

Para el subsecretario, la raíz del problema sigue siendo la falta de responsabilidad individual: “Sabemos que el semáforo está en rojo, pero igual lo pasamos. Priorizamos llegar rápido antes que respetar las normas”.

En ese sentido, remarcó que muchas de las víctimas fatales de siniestros viales son motociclistas que no usan casco o cruzan semáforos en rojo. “El control ayuda, pero lo que hace falta es conciencia. No podemos cuidarnos solo porque hay un inspector o un operativo”, sentenció.

Por eso, insistió en que el trabajo continúa: “Los controles móviles, que retomamos el año pasado, dan resultado. Ya no se puede anticipar dónde va a haber controles, y eso genera más prevención. Pero lo ideal sería que dejemos de manejar después de beber, no por miedo a una multa, sino porque queremos vivir”.

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