El Gobierno anunció la privatización del tren Belgrano Cargas: "Aumentará su transparencia y eficiencia"

"Producto de la Ley Bases, se procederá a privatizar la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística S.A.", anunció Manuel Adorni en una breve conferencia de prensa, en la que también destacó que será la primera venta de una compañía "ferroviaria desde que asumió el presidente Javier Milei".

"El año pasado el Estado puso USD 112 millones en esta empresa, por supuesto dinero que salió de cada uno de nosotros", comenzó argumentando el vocero presidencial.

"Para dimensionar el deficiente estado del sistema ferroviario argentino de cargas, la distancia media transportada hoy es de 500 kilómetros y es exactamente la misma que hace 50 años en Argentina. En medio siglo no hemos avanzado absolutamente nada. El límite de cantidad de toneladas que puede transportar el Belgrano Cargas se mantiene congelado desde 2009", continuó el funcionario.

"Sin la intromisión inútil del Estado, va a aumentar su competitividad, transparencia y eficiencia", sentenció Adorni.

"Para cada una de las tres líneas, vamos a abrir siete procesos de concesión separados", señaló por su parte el titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, Diego Chaher, Además explicó cómo se llevarán adelante los mismos: "Uno se hará por la vía, dos por locomotoras, dos por vagones y por último, dos de talleres". 

"Las tierras y las vías continúan siendo propiedad de Estado Nacional. Es por eso que la empresa Belgrano Cargas dejará de existir", remató. Por último, adelantó que "todas las empresas del Estado se van a abrir a capital privado". 

Al finalizar la conferencia de prensa, la Oficina del Presidente emitió un comunicado en el que remarcaron que la compañía es "obscenamente deficitaria" y posee "una planta sobredimensionada".

"Su privatización tiene por objetivo eficientizar la competitividad del transporte ferroviario de cargas, promover la inversión en el sector e introducir la lógica de mercado al sector ferroviario", finalizó.

Fuente: El Canciller