Libertad Digital
Acciones que generen redes de contención para madres y padres en procesos de crianza, recursos que brindan la Secretaria Nacional de Niñez y el Ministerio Público Tutelar porteño y la adecuada implementación de la educación sexual integral (ESI) son algunas de las opciones que destacan especialistas para prevenir violencias hacia niñas y niños.
El asesinato del niño de 5 años Lucio Dupuy, por cuyo crimen fueron hoy condenadas a prisión perpetua su madre, Magdalena Espósito Valenti, y la pareja, Abigail Páez, puso en evidencia la necesidad de generar y conocer espacios preventivos para evitar las violencias a niñas y niños.
Los hechos de maltrato a niñas y niños "son ejercidos mayormente por varones" pero en el caso de las mujeres y madres "no contar con apoyo ni contención podría predisponer a que ocurran situaciones de violencia", por lo que especialistas consultadas por Télam destacaron la importancia de las "redes de cuidado", tanto familiares como comunitarias, a través de talleres y programas de acompañamiento para la crianza, junto con la correcta implementación de la ESI.
Según la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes de Unicef, elaborada entre 2019 y 2020, el 59% de menores de entre 1 y 14 años experimentaron prácticas violentas de crianza, el 42% castigo físico, que incluye formas severas, como palizas y golpes con objetos, y el 51,7% agresión psicológica como gritos, amenazas y humillaciones.
A estos datos cuantitativos, la trabajadora social y docente Geraldina Pereyra agrega que "las estadísticas demostraron que quienes ejercen violencia en mayor porcentaje son los varones". "Según un documento de Unicef sobre el Programa Nacional 'Las víctimas contra las violencias' elaborado entre 2020 y 2021, el 62,1% de los agresores fueron varones, y el 24,9% mujeres. El resto no ha declarado su género", detalla Pereyra.
En este sentido, la profesional señala que la violencia contra la integridad psicofísica de niñas, niños y adolescentes "es una problemática social compleja, de carácter estructural e histórica", que a su vez "no diferencia clases sociales".
El estudio de Unicef también aporta que el 11% de las mujeres (de 15 a 49 años) sufrió violencia sexual durante su infancia, en tanto que "son mínimas las violencias contra la integridad sexual por parte de las mujeres, al contrario de lo que sucede con los hombres", destaca Pereyra.
En el caso de las mujeres, y más específicamente las que son madres, la profesional dice que "muchas de las violencias que se ejercen son de índole psicológica en primer lugar; esto es muchas veces de manera inconsciente y aprendida; y física, en segundo lugar". En este aspecto, la ESI "es una herramienta fundamental para detectar situaciones de maltrato, por eso también hay tanta resistencia", añade.
Al respecto, las psicólogas Deborah Hurovich y Julieta Mayor comentaron a Télam que consideran que "no sería correcto decir que todas las personas que 'maternan' y se encuentran sobrepasadas por las tareas de cuidado ejercen violencia hacia niñas y niños".
Sin embargo, agregan que "se puede pensar que no tener períodos de descanso suficientes, no contar con apoyo ni red de contención y otros factores podrían predisponer a que ocurran situaciones de violencia". "Hay muchas madres con depresión no diagnosticada que hacen un esfuerzo inhumano para 'maternar', otras que tienen problemas de consumo, que no pueden ni con ellas", cuenta Pereyra, quien valora la importancia de "generar espacios de confianza para que puedan expresar lo que les pasa".
Por este motivo, las profesionales coinciden en la importancia de las redes de contención, tanto para las mujeres como para las infancias y adolescencias, ya que "la afectividad es fundamental para involucrarse en estos casos".
"Nos resulta imprescindible que el Estado garantice políticas de prevención y acceso primario a la salud, para evitar que las infancias sufran, que las adulteces sepan a dónde recurrir y para concientizar y generar redes al interior de las comunidades", destacan las psicólogas.
Un ejemplo de esto es el Programa Nacional Primeros Años de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), que desarrolla capacidades de crianza de las familias en situación de vulnerabilidad social con niños y niñas de 0 a 4 años y personas gestantes a través de acompañamiento, actividades y capacitaciones, que incluyen la promoción de los buenos tratos. Para ello, cuentan con técnicos y agentes territoriales que acompañan a las familias en la crianza y promueven los derechos de las niñas y los niños. En 2022, el programa acompañó a 74.947 familias, alcanzando a 112.420 niñas y niños en 21 jurisdicciones, según datos proporcionados a Télam por el organismo.
La Secretaría también realiza actividades de formación y promoción en temáticas de cuidado, educación, crianza y desarrollo integral de la primera infancia, abuso sexual, violencia y maltrato contra las infancias y adolescencias, entre otros.
"Lo fundamental siempre es poder construir redes entre las personas y los actores sociales que estén más próximos a esos niños y niñas, puesto que son quienes tienen también mayores posibilidades de accionar asertivamente", añaden Hurovich y Mayor.
Por otro lado, un espacio que realiza abordajes sobre situaciones de violencia psicofísica hacia las infancias es el taller "Vínculos Saludables y Crianza Responsable", del Ministerio Público Tutelar (MPT) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este taller se centra en los vínculos afectivos -principalmente de padres y madres- que hayan llevado a cabo un delito vinculado con el rol de crianza que involucre "lesiones de intermedias a leves, consideradas por los adultos como prácticas de crianza, además de amenazas o violencia psicológica", explica Pilar Molina, secretaria general de gestión del MPT.
A través de la reflexión, el espacio busca revisar cómo fueron las infancias de esos adultos y qué es lo que los lleva a esas situaciones para repensar los roles dentro de la familia, revisando la forma de comunicación, la aplicación de límites y los hábitos saludables en la convivencia, entre otros.
Consultada por los participantes, Molina precisa que "hay un sesgo de género, ya que el 80% de las participantes mujeres señalaron ser o haber sido víctimas de violencia de género". "Esto nos asume un desafío, porque tenemos a alguien que es víctima y victimaria, y tenemos que escindir con responsabilidad de su condición de víctima que no tiene que reproducir ese tipo de violencia sobre sus hijos", sostuvo.
Las especialistas concluyeron en que "hoy es importante armar redes de vecinos, centros barriales, espacios de difusión, de talleres de formación, de trabajo, de acceso a salud. Sin una vida digna es imposible pensar para las infancias y adolescencias una salida o un proyecto futuro".
Líneas de asistencia
Línea 102: gratuita y confidencial, de atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Línea 137: gratuita y confidencial, de contención, asistencia y acompañamiento para víctimas de violencia sexual y familiar, y de grooming.
Fuente: Télam
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