"A partir del decreto 662/24, las producciones que aspiren a un subsidio deberán conseguir financiamiento propio por, al menos, el 50% de su proyecto. A su vez, para que las iniciativas lleguen de manera amplia a los participantes del sector -y no a unos pocos que logran obtener el apoyo estatal cada año- se determinó un tope máximo al financiamiento de cada producción", señaló.

"También se dispuso que las productoras que hayan pedido un subsidio, una vez terminado el proyecto, no puedan volver a solicitar recursos públicosdurante el siguiente año", detalló el comunicado. 

Subrayó, además, que "se modificaron los criterios de gasto" para con el INCAA, e informó que "las erogaciones destinadas para gastos corrientes, de estructura y funcionamiento no podrán superar el 20% de los ingresos del organismo".

"Con estos cambios, se reordenan los gastos para utilizar en forma eficiente los recursos y promover la escuela de cine, la búsqueda de talentos y una producción audiovisual competitiva", cerró.

La nueva norma deja sin efecto un decreto similar de 2022, firmado por el entonces presidente Alberto Fernández, que asignaba un 50% de la recaudación impositiva del fondo de fomento a dichos subsidios.

El INCAA evaluará desde ahora la aptitud de quienes aspiran a los subsidios a partir de varios requisitos: presentar un plan completo y exhaustivo de producción, acreditar el financiamiento del proyecto por un valor equivalente al monto del subsidio solicitado, informar sobre los costos finales una vez terminada la obra y limitarse a pedir un solo subsidio por año calendario.