Por qué ser multitarea puede llevarnos a la depresión y a la ansiedad

Gabriela definió que la multitarea es hacer mas de dos actividades a la vez, algo que hacemos constantemente todos, pero que cada vez la situación nos va demandando sobrecargarnos y estar constantemente en estado de multitarea.

"Eso de ‘hablame que yo te escucho’ mientras hacemos otra cosa no es real"

“Cuando nos damos cuenta estamos con 15 cosas a la vez y de manera automática. En una cafetería podés ver personas intentando entablar una conversación y a la vez haciendo cosas en el teléfono”.

“El problema es que el cerebro no está preparado”, afirmó Gabriela, “tendemos considerar la capacidad de ser multieficientes como si fuera algo para resaltar. Si bien hay situaciones que lo ameritan, cuando eso se genera por un tiempo prolongado y todos los días, empezamos a generar cierto daño a nuestro cerebro. Lo desconectamos y conectamos en cuestión de milisegundos. Eso de ‘hablame que yo te escucho’ mientras hacemos otra cosa no es real”.

Gabriela explica que es algo que también va generando cierto déficit de atención, no solo por una cuestión neurológica sino de contexto. Lo que sucede es que nuestro cerebro se acostumbra a hacer muchas cosas a la vez y cuando queremos hacer una sola nos cuesta concentrarnos y vamos perdiendo esa capacidad. “Se pierde la escucha activa en una conversación, también la empatía, nos volvemos insensibles e irritables y surgen algunas cuestiones emocionales”.

El multitasking, debido al estrés que genera, libera cortisol y adrenalina, que para momentos de urgencia es necesario y es muy bueno para resolver situaciones instantáneamente. El problema es cuando esa combinación se mantiene en el tiempo y se vuelve crónica. Ahí es cuando empieza a deteriorarnos, hay estudios que identifican que hay una parte del cerebro que disminuye la densidad de la materia gris.

“Estamos en un estado de alerta constante que nos vuelve propensos a la ansiedad, a la depresión, al agotamiento; no tenemos tiempo ni de preguntarnos qué queremos hacer porque estamos todo el tiempo resolviendo”.

¿Qué hacemos al detectar este tipo de comportamientos?

Gabriela recomienda empezar a ser más conscientes del momento, anotar los pendientes que tenemos para no estar pensándolos todo el tiempo, desconectarnos de las pantallas, concentrarnos en lo que se está hablando y pasando en el momento. Hacer las cosas mas despacio y de a una a la vez.