Libertad Digital
Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ)) desarrolló un inhibidor que ataca la proteína "telomerasa" clave para que se desarrolle el cáncer de mama, ya que se desarrolla en la mayoría de las células tumorales y les confiere “inmortalidad”, informó esa casa de estudios.
La investigación fue realizada por científicos y científicas de la unidad de Evaluación y Desarrollo de Drogas Antitumorales de la Plataforma de Servicios Biotecnológicos junto con el Laboratorio de Farmacología Molecular de la UNQ
Según la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), por sus siglas en inglés), en 2020, el cáncer de mama se convirtió en el tipo de cáncer más comúnmente diagnosticado en el mundo: hubo más de 2,26 millones de nuevos casos y casi 685 mil muertes en el planeta.
En el 2020 se registraron en el mundo 22.024 nuevos casos anuales de cáncer de mama, lo que representó el 32,1 por ciento de todos los tumores malignos registrados.
En Argentina, este tipo de cáncer representa la primera causa de muerte por tumores en las mujeres
Romina Armando, primera autora del paper publicado, explicó que "para que las células no se reproduzcan indefinidamente, cada una de ellas tiene una secuencia telomérica formada por una proteína conocida como “telomerasa”, que funciona como un reloj molecular"
La doctora en Ciencia y Tecnología asegurò ademàs que las células tumorales "requieren de la ‘inmortalidad replicativa’, es decir que puedan multiplicarse indefinidamente y lo hacen gracias a que reactivan la telomerasa que debería estar silenciada"
"A partir de esto, la secuencia telomérica comienza a funcionar nuevamente pero no se acorta ya que la proteína telomerasa está activada. En definitiva, esto da lugar a la proliferación sin límites de las células tumorales”, sostuvo
La científica detalla que en ese momento entra en juego el inhibidor, ya que “viene a anular y silenciar nuevamente la telomerasa. Al desactivarla, le pone un límite a la secuencia telomérica, la cual va a llegar a su fin y dejará de producir células descontroladamente. Tiempo más tarde, estas células verán que no reciben dicha proteína y se autodestruirán”.
La Agencia de Noticias Científicas de la UNQ destacó que el objetivo es que este inhibidor se aplique junto con las terapias tradicionales ya utilizadas para este tipo de cáncer de mama.
“La idea de esa combinación es ver si atacando desde dos blancos distintos podemos lograr un mayor efecto de la terapia que se utiliza actualmente para las pacientes que puedan llegar a tener cáncer de mama triple negativo”, manifiesta Armando.
El inhibidor se encuentra en fase preclínica, resta probarse en animales, los cuales ya están inyectados con células tumorales.
La científica advierte: “Es un tema delicado porque hay personas esperando una terapia que sea efectiva. Es necesario avisar que falta tiempo para que esto llegue a humanos. Sin embargo, cualquier avance en materia de oncología es relevante”.
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