Libertad Digital
MenstruAR, el primer programa nacional de gestión menstrual, fue lanzado este lunes por la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, con el objetivo de "jerarquizar las políticas públicas" para combatir la "desigualdades" que explican que casi la mitad de las personas menstruantes tengan dificultades para afrontar el consumo mensual de protectores o tengan que ausentarse de sus actividades durante el sangrado.
Durante el acto realizado en la Casa Patria Grande, se presentaron también experiencias locales y provinciales, así como una serie de spots gráficos, radiales y televisivos de concientización seleccionados a través de un concurso nacional.
Además, se dieron a conocer los resultados del informe "Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual" que revelaron que el 43% de las mujeres y personas gestantes tuvo que modificar sus hábitos en el uso de productos de gestión menstrual (apósitos, tampones, copas menstruales, entre otros) por dificultades económicas.
"Lo que estamos haciendo es jerarquizando una política pública que ya está en marcha y que permite que hoy tengamos el país casi pintado de rojo, con más de 40 iniciativas (contra la desigualdad en el acceso a productos de gestión menstrual) que hasta ahora se enmarcaban en una Línea de Gestión Menstrual y que ahora serán parte del programa nacional MenstruAR", dijo Mazzina ante más de 60 promotores territoriales y autoridades de género y diversidad, tanto provinciales como locales.
Creada en marzo de 2022 en el marco de la Dirección Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad del Ministerio, la Línea de Gestión Menstrual permitió hasta ahora la capacitación de 1.568 personas de 27 localidades del país y la entrega de más de 10 mil copas menstruales. También brindó asistencia técnica y acompañamiento en la elaboración y presentación de ordenanzas sobre gestión menstrual a 26 municipios que no contaban con dicha legislación.
"La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito amplió nuestra agenda de discusión y en 2020 logramos crear el Foro de Justicia Menstrual para visibilizar que existía una desigualdad, que había un montón de pibas y de pibes (trans o no binaries) que no tenían para costear entre uno y dos paquetes de toallitas por mes, que faltan a la escuela o que dejan de hacer actividades por incomodidad o vergüenza o que utilizan paños o trapos que son perjudiciales para la salud", agregó.
Con la creación del programa MenstruAR que tiene por objetivo garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual a través del fortalecimiento de los programas municipales a ella abocados, la apuesta es a "seguir educando, sensibilizando, capacitando" para honrar "el compromiso que tiene el Estado de poner este tema en agenda, de garantizar derechos para que las familias no tengan que pensar dónde ajustan la economía porque no tienen para comprar el paquete de toallitas" mensuales.
"Menstruar es político y pensar en achicar las brechas de la injusticia también es político. Y si las feministas todo el tiempo tenemos que dar explicaciones de nuestra agenda de igualdad de género, imagínense lo difícil que fue en su momento -y que sigue siendo- hablar de menstruación y poner este tema en la agenda de la política pública", dijo.
En ese sentido, Mazzina cuestionó a "los medios amarillistas que en algún momento dijeron que era el 'Ministerio de la Menstruación'" para cuestionar como "gasto" las políticas de gestión menstrual que implican, en cambio, "una inversión" en vistas para "crear posibilidades".
"Más que un 'ministerio de la menstruación' yo digo que es un 'ministerio con ovarios' porque a mí no me da pudor ni hablar de menstruación ni garantizar más derechos que son agenda de mayorías, no de minorías, porque las mujeres menstruantes somos más de 12 millones y las mujeres somos más de la mitad de la población", afirmó.
A su turno, la titular de la Unidad de Gabinete de Asesoras Érica Laporte aseguró que "problematizar la menstruación también implica problematizar muchos otros aspectos que recaen sobre el cuerpo de las mujeres y las disidencias".
"Siempre existieron mecanismos de vigilancia sobre nuestros cuerpos como territorios de disputa política, y un programa del estado nacional que llegue a cada territorio garantizando productos de gestión menstrual, también implica romper con esos mecanismos que históricamente vienen a oprimirnos y a ocultar algo que nos sucede todos los meses durante más de 40 años de nuestras vidas pero que además implica una desigualdad porque tenemos un costo económico extra", dijo.
En ese sentido, explicó que "en los hogares si hay dos, tres, cuatro o más personas menstruantes significa un costo elevado" y citó un estudio de Unicef según el cual "el gasto que tiene un hogar por menstruar equivale casi a una Asignación Universal por Hijo".
"El programa MenstruAR No solo viene a hacer entrega de copas menstruales a los gobiernos locales y propiciar que cada uno pueda tener sus ordenanzas en materia acceso a los productos de gestión menstrual, sino que viene a traer la ESI como una herramientas para poder seguir detectando situaciones en los territorios y entrar a los hogares para solucionar muchos otros problemas que no solo tiene que ver con el costo de menstruar", dijo
"También trae la desestigmatización, saca el tema de la oscuridad, nos permite nombrarnos como personas menstruantes y que esto tenga un reconocimiento del Estado nacional", agregó
En tanto, la secretaria de Políticas de Igualdad, Paulina Calderón, aportó que "hay cinco provincias que tienen leyes provinciales de gestión menstrual", y muchos más proyectos en los poderes legislativos locales "que van en línea de la gestión menstrual sostenible.
Posteriormente, se presentaron dos materiales con datos y recomendaciones elaborados en conjunto entre el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) y la Fundación SES, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para ser distribuidos a todas aquellas organizaciones sociales y gobiernos locales que se propongan trabajar el tema desde una perspectiva de género, diversidad y discapacidad.
De las 1.168 personas menstruantes encuestadas en 19 provincias para el informe "Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual" -uno de esos documentos- el 60% utiliza toallitas descartables y estos productos, junto con los tampones (15%), son los elegidos por el 75% de la población.
Además, entre el 40 y el 50% desconoce los efectos secundarios que tienen sobre la salud el uso de toallitas y tampones, como también su impacto ambiental; y más del 95% considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual, y distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios.
Por último, la dificultad de afrontar los costos de los productos de gestión menstrual en algunos casos implica, además, un riesgo de exclusión: con frecuencia, algunas personas han limitado su participación en distintas actividades tanto recreativas (50%) como educativas (35%) y laborales (22%) durante el ciclo menstruante.
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