Síndrome del impostor: ¿Cómo detectarlo?

“Tiene que ver con creernos impostores de la vida, pensarnos como alguien que se hace pasar por una cosa que no es. Esto implica que uno se sienta como un fraude porque todo el mundo ve que tengo ciertas características positivas, pero yo creo que son cosas que no tienen que ver conmigo y sí con la suerte o el destino, por eso percibo que ando por la vida siendo un impostor”, explicó la licenciada.

En ese pensamiento uno no logra ver las cosas buenas que tiene y minimiza sus esfuerzos; al contrario, cuando algo no sale bien, uno maximiza todo y cree que todo lo malo que pasa es por culpa suya.

Gabriela indicó que estamos hablando de lo que probablemente sea una cuestión de autoestima. Al desvalorizarnos constantemente no podemos enfrentar la vida o situaciones que surgen, ya sean relacionales, laborales o sociales porque nos terminamos recriminando todo lo malo: “Automáticamente me termino boicoteando, porque como creo que me va a ir mal, directamente ni lo intento, ya que tenemos miedo de que descubran que somos un fracaso y eso sería catastrófico. Por este motivo, en nuestra mente se crea un mundo de ansiedad y estado de alerta constante”.

En ese sentido, dijo que también tiene que ver que el hipersacrificio está muy romantizado, ya que “porque el otro haya transpirado más que yo para lograr lo mismo no significa que lo mío valga menos”.

Una de las situaciones en las que podemos identificar al síndrome del impostor es cuando alguien nos agradece o felicita por algo y automáticamente sacamos la carta de lo negativo. Si no puedo recibir cumplidos, agradecimientos o halagos, es una señal:

      “-¡Que linda remera!

        -Ah, pero es viejísima”

¿Qué se puede hacer al respecto?

Gabriela recomienda anotar nuestros logros, dejar de lado lo que nos falta y enfocarnos en lo que ya conseguimos. “Autogradecernos” por esas cosas que alcanzamos, por nuestros esfuerzos, aunque no hayamos logrado el objetivo final.

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