Drogas en la adolescencia: la importancia de hablar sobre los riesgos desde una edad temprana

"El adolescente es una situación de alto riesgo dentro de la evolución del ser humano porque es el paso de la niñez a la adultez, una etapa de transición muy compleja. Hay variaciones psíquicas, emocionales y biológicas", comenzó diciendo Cuño.

"En esa etapa intermedia, el adolescente no sabe si comportarse como un niño o como un adulto porque no tiene una definición clara"

"Hay un cortocircuito emocional que hace que no sepan cómo comportarse y además el contexto social les marca permanentemente esta deficiencia en su estructuración", agregó.

"A la familia le cuesta comprender porque la conducta es muy cambiante, oscilante y extraña, porque trata de encontrar cuál es su mejor manera de comportarse y esto es un mecanismo de búsqueda permanente hasta que logre internalizar un modo de acuerdo a su condición personal y a las pretensiones del medio social", aseguró.

"En esta época de cortocircuito es muy difícil que tengan una conducta coherente y que pueda desarrollar el mecanismo de autocuidado que uno pretende. En el siglo XXI los padres los abandonan en forma muy temprana sin que ellos puedan tener la capacidad de anticipar las consecuencias de su conducta y tienen un montón de ofertas nuevas, entre ellas el consumo de drogas", marcó.

"Como está en una etapa de aprendizaje, prueba, pero sin analizar las consecuencias. Acá es donde insistimos en la prevención, en que los padres deben conocer los riesgos, las consecuencias y los daños de las drogas para que puedan anticipar a sus hijos desde una edad muy temprana, prácticamente desde la infancia, para que entiendan que es algo malo", remarcó.

Salvado Cuño insistió en la necesidad de crear un Programa Comunitario de Prevención de Adicciones "donde la familia, la sociedad, la comunidad, los gobiernos municipales y provinciales tienen que hacerse cargo de generar conciencia".

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"Tratamos de que los chicos traigan a una persona, un familiar o si no un voluntario para que se haga responsable de seguir con el acompañamiento. Buscamos que ese joven venga en la semana a estar con nosotros en una granja a la orilla del río, que esté en contacto con la naturaleza y que luego pueda sacar los problemas", detalló.

"Les ofrecemos lugares en los que se pueden quedar, trabajar, darles una responsabilidad y la confianza que perdieron en la casa. Luego hacemos todas las consultas sobre su situación personal y por último les preguntamos qué quieren hacer, porque la droga se deja voluntariamente", sostuvo.

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